El coche presidencial de J.F.K estaba
basado en un Lincoln de 1961, y como vehículo presidencial oficial
que era, recibía el nombre en clave de SS-100-X.
El Lincoln SS-100-X sufrió varios
cambios para adaptarlo a su función como limusina presidencial: se
equipó con un motor más potente hecho a mano de 350 cv., se aumentó
la distancia entre ejes de 337 a 396 cms., se instalaron escalones
abatibles y asideros para los escoltas del presidente además de
otros equipamientos como radioteléfonos etc... Todo ello hizo que el
peso total del vehículo pasase de los 2365 Kg. a 3538 Kg.
Tras el asesinato el
coche fue devuelto a la empresa diseñadora, Hess & Eisenhardt, y
fue reconstruido a partir de cero. Para su protección, el Lincoln
recibió blindaje de titanio, cristales a prueba de balas y un techo
fijo también a prueba de balas. Se mantuvo en servicio por un
período adicional de ocho años, durante los cuales hizo más de
80.000 Kms. por carretera y más de un millon y medio volando hacia y
desde sus destinos. Fue reemplazado en 1967 y permaneció en servicio
haciendo tareas menos importantes hasta 1978, cuando fue trasladado
al Museo Henry Ford. Acabado en color azul marino, el coche era
pintado después de cada misión, sin embargo, tras el asesinato fue
repintado a un color negro más sombrío (el sucesor de Kennedy, el
presidente Lindon B. Johnson pensaba que el azul sería demasiado
estrechamente asociado con el asesinato).